Monday, December 31, 2007

Suerte para el 2008

Friday, December 14, 2007

Breve informe sobre la situación de la economía argentina (noviembre de 2007)

Breve informe sobre la situación de la economía argentina (noviembre de 2007)
x compañeros de Galpón Sur (La Plata) en la construcción del Frente Popular Darío Santillán.

Nota introductoria y aclaratoria: Este texto es una trabajo que pretende ser un aporte a las discusiones entre compañeros y compañeras del Frente. Esperamos poder completarlo y mejorarlo con los comentarios de todas y todos. Fue elaborado por algunos compañeros de Galpón Sur teniendo como disparador las discusiones que se dieron en el marco de nuestro último plenario.

1. Introducción
La situación económica de la Argentina ha cambiado mucho en los últimos 7 años. Desde la salida de la convertibilidad hasta la reciente elección presidencial, la Argentina atraviesa una nueva etapa en su desarrollo capitalista. Desarrollo que no necesariamente significa mejora en las condiciones de vida de los/as trabajadores/as.
2. Crecimiento y acumulación de capital
Cuando se habla de crecimiento se está hablando del desenvolvimiento del producto bruto interno (PBI) del país. El PIB refleje el valor de la producción de bienes y servicios finales creados en una economía en un período determinado. Sobre este punto los números destacan una rápida salida de la crisis argentina. Si analizamos el crecimiento del PBI desde el año 2002 al 2006[1], Argentina lleva acumulado un crecimiento de 40.5 puntos porcentuales, siendo éste el doble del crecimiento promedio acumulado de América Latina (19.73%), es decir, si bien en la actual fase todas las economías de la región se encuentran creciendo, su desempeño se destaca con respecto al resto.
En un análisis acerca del crecimiento de los países de la región, deberían analizarse factores locales como externos. En cuanto a los externos, los que claramente no son controlables, en el contexto internacional se ve un incremento en los términos de intercambio [2,3], es decir, se ve un crecimiento relativo de los precios de las exportaciones con respecto a los de las importaciones. Esto se viene dando básicamente a partir de la creciente demanda de los bienes que exportamos por parte de países como China e India, con poblaciones inmensas y donde el capitalismo se ha expandido rápidamente. Nuestros países, en términos generales, venden (exportan) insumos y materias primas [4], y compran (importan) manufacturas. Por tanto el contexto internacional es positivo por varios motivos: a) desde la óptica fiscal, las retenciones a las exportaciones [5] permiten importantes entradas de fondos al Estado Nacional [6], b) permite mantener la balanza comercial superabitaria (el valor anual de las exportaciones es mayor al de las importaciones), c) las exportaciones son una fuente de entrada de divisas ya que los exportadores están obligados a liquidar en el país.
En lo que respecta a los factores internos, la inversión es la variable determinante pensando fundamentalmente en las posibilidades de crecimiento de mediano y largo plazo. En los últimos dos años, la inversión bruta interna fija (ibif), viene creciendo a tasas de alrededor del 20% anual y lleva un incremento acumulado del 170,5% desde enero de 2002 [7].
Una manera de pensar en el desenvolvimiento de la inversión es la de sostener que está determinada por las ganancias presentes y esperadas de los capitalistas. En este sentido los niveles de ganancias extraordinarias para algunos sectores junto con la expansión sostenida del producto, han generado que los dueños del capital se hayan dispuesto a ampliar los equipos y su capacidad productiva. Sólo por citar un ejemplo, al analizar el balance de Molinos Río de la Plata, principal productora de alientos y una de las más importantes exportadoras, surge que multiplicó sus utilidades por trece comparando tercer trimestre de 2007 contra tercer trimestre de 2006. Estas ganancias extraordinarias, principal motor de la inversión productiva, tienen como contrapartida la existencia de salarios bajos y altos niveles de tipo de cambio (“dólar caro”), los cuales permiten un lugar de privilegiado para competir en el mercado internacional. Es decir, previendo que las políticas salariales y en materia de tipo de cambio no diferirán sustancialmente en el corto plazo, podría sostenerse que los niveles de inversión actuales (21.6% del PBI en 2006) se mantendrán e incluso existe cierto margen para que sigan creciendo [8].
Uno de los posibles condicionantes del crecimiento se vincula a la capacidad de generación energética del país. La llamada crisis energética se debe a las posibilidades del país de generar energía que logre cubrir tanto la demanda de los usuarios residenciales como la de las empresas. Ante todo, se vuelve necesario destacar que la situación del sector no es algo coyuntural sino que se produce a partir del crecimiento general de la economía pero sobre todo a partir de la falta de inversión de los concesionarios privados tanto en infraestructura para producir como para transportar la energía y en la falta de exploración de nuevos yacimientos [9]. En particular, la Argentina centró su matriz energética en la utilización del gas distribuido por redes, que equivale al 49% del total de las energías secundarias [10], lo cual implica un problema en términos de la fuerte dependencia de una variante energética y prevé la necesidad de un plan estratégico que debata la diversificación de las fuentes de energía. Por último, así como el problema no se ha generado recientemente, tampoco es de rápida solución y requerirá de los acuerdos de importación con Bolivia, junto con la puesta en vigencia de nuevos proyectos de generación.
En síntesis, el panorama macroeconómico (centrándose sólo en algunos indicadores) muestra que tanto en lo externo como en lo interno no existen grandes condicionamientos para que se prolongue el crecimiento del país en lo años venideros.
3. Condiciones de existencia de la clase trabajadora
A pesar del elevado crecimiento del conjunto de la producción de bienes y servicios, luego de 6 años de haber abandonado la Convertibilidad las condiciones de vida de la mayoría de la población son peores que durante los noventa.
El primer rasgo que salta a la vista es que los niveles salariales de la mayoría de los trabajadores asalariados se encuentran por debajo de los niveles de finales de 2001. Si bien en promedio los salarios reales son hoy un 3,8% más altos que en el último trimestre de 2001, los salarios reales de los trabajadores “informales” (es decir, sin aportes a la seguridad social) han caído un 12% y las remuneraciones reales de los trabajadores del sector público (“estatales”) se han reducido un 19,6% en ese mismo período [11]. Por otra parte, si consideramos la evolución de los precios de los productos básicos (alimentos y bebidas), en comparación con fines de 2001 el poder de compra de los salarios ha subido sólo 2,2% para las trabajadores “formales”, mientras ha caído 27,5% y un 33,7% para los trabajadores “informales” y “estatales” respectivamente. Los trabajadores que reciben planes sociales, han visto reducido el valor real de los mismos en casi un 50% en el gobierno de Kirchner.
Un dato significativo es que producto de las luchas que estos últimos han llevado adelante, los salarios de los trabajadores del Estado crecieron en los últimos 12 meses más que la inflación [12]. En ese período subieron un 14% más que la inflación (aumentaron un 24% en términos nominales); algo semejante ocurre para el resto de los trabajadores [13]. Los salarios de los trabajadores asalariados “formales” aumentaron 9,2% más que la inflación, mientras lo hicieron un 10,3% más en el caso de los “informales”.
Claro está, estos son los resultados que se desprenden de las mentirosas cifras oficiales. Si trabajamos con estimaciones más “reales” de la inflación (¿20% anual?), los salarios de los “estatales” subieron en el último año sólo un 3,3% más que la inflación, mientras que los salarios del resto de los trabajadores no aumentaron (“informales”) o cayeron 1% (“formales”). Esto explica más claramente el porque de los altos niveles de conflictividad y las dificultades que enfrenta el gobierno y los sindicatos “oficialistas” para sostener los techos salariales. Pueden mentir con la medición de la inflación, pero la realidad de los aumentos de precios se sienten todos los días en nuestros bolsillos.
Esta situación se hace más escandalosa si comparamos los salarios reales con la evolución de la producción por trabajador (productividad). En efecto, desde 2001 la producción por trabajador ocupado subió un 16,9% mientras que como señalamos los salarios promedios por trabajador sólo lo hicieron en 3,8%. Es decir, que los trabajadores producen mucho más pero la mayor parte de esa mayor producción ha sido apropiada por las clases propietarias. De cada 10 pesos adicionales producidos por los trabajadores entre 2001 y 2007, sólo 2,2 pesos han sido apropiados por los trabajadores asalariados.[14]
Por otro lado, el crecimiento económico acelerado de los últimos años ha permitido recuperar los niveles de empleo significativamente. Desde el comienzo de la gestión de Kirchner han creado entre 2,5 (según el INDEC) y 4 millones (según el Ministerio de Trabajo) de puestos de trabajo.[15] Es decir, que por cada 1% que ha crecido la producción el empleo ha crecido entre 0,5% y 0,8%, habiéndose creado entre 78 mil y 139 mil puestos de trabajo (según el INDEC y el Ministerio de Trabajo, respectivamente). Dado que la población en condiciones de trabajar aumenta año a año, para que el número de personas desocupadas no aumente, la economía debe crecer más entre el 3 y el 5% anual. Si bien hoy eso no parece extraordinario, ese nivel de crecimiento es superior a la media histórica de la economía argentina.
Si bien se han creado mucho puestos de trabajo, sobre todo en comparación con la década de los noventa [16], la calidad de estos puestos de trabajo deja mucho que desear. De los empleos asalariados, en 2007 el 42% de los puestos de trabajo carecieron de aportes a la seguridad social (jubilación). [17] Por otra parte, casi el 40% de los ocupados como cuentapropista y asalariados tienen jornadas semanales de más de 60 horas! [18] Es decir, trabajan en promedio más de 10 horas al día durante 6 días a la semana. A pesar de esas extensas jornadas, los trabajadores reciben ingresos que apenas superan la línea de la pobreza para el caso de los asalariados y son, en promedio, menores a los 800 pesos para los trabajadores por cuentapropia.
El resultado de la pobre calidad en los empleos se traduce en que a pesar de conseguir trabajo muchos hogares siguen obteniendo ingresos muy por debajo de los necesarios para satisfacer un estándar de vida digno. En 2007, el 16,3% de los hogares de las ciudades se mantenían en condiciones de pobreza, con ingresos totales de menos de 1100 pesos por mes. [19] Esa incidencia de la pobreza por ingresos es levemente inferior al promedio de 1998, cuando el empleo era 18,1% menor y los ingresos globales de la sociedad eran 19,6% más bajos.
Por otro lado, a comienzos de 2007 más del 70% de los hogares tenía ingresos inferiores a la canasta familiar de 2400 pesos.
Los trabajadores y sus familias producen más riqueza que hace 10 años pero son más pobres que entonces. Se genera empleo, pero empleo que no alcanza para mantener un nivel de vida digno. El trabajo, en Argentina, ya no dignifica. Hay más empleo, más producción, pero todavía la pobreza está más extendida.
Empleos de baja calidad y bajos ingresos son el cóctel adecuado para construir una sociedad desigual e injusta. Indicadores globales de desigualdad, tales como el coeficiente de Gini, se mantienen en niveles superiores a los medios de la década pasada. En mayo de 2003, el 10% de los hogares con más ingresos recibía 22,8 veces más ingresos que el 10% con menos ingresos. En el primer semestre de 2007 esa relación era aun 19,8 veces.
Por otra parte, la participación de los ingresos de los sectores populares en el ingreso total alcanza 28,2%, muy por debajo de los valores de medidos de los noventa y aun más debajo de aquellos que fueron alcanzados antes del Rodrigazo y la última dictadura militar. [20]
4. Inflación y precios
Señalamos arriba que una de las principales batallas de la etapa es la lucha contra la devaluación del salario frente a la suba de precios.
Las estimaciones más generalizadas señalan que los precios aumentarán a lo largo de todo el 2007 en torno al 10%. [21] Sin embargo, el incremento real en el costo de vida sería el doble, con sus consiguientes efectos depresivos sobre el poder adquisitivo de los salarios.
Este proceso de suba generalizada de precios se encuentra explicado principalmente por cuatro factores.
• Poder monopólico u oligopólico de las grandes empresas y grupos económicos. Si bien las empresas no pueden fijar los precios para las mercancías que producen en cualquier nivel, los capitales más concentrados tienen “poder de mercado”, es decir posibilidad de imponer a otros una redistribución de los ingresos a partir de la fijación de precios más elevados.
• Cotización internacional de los productos exportados. Los principales productos exportados por las empresas argentinas (soja, trigo, maíz y petróleo) han alcanzado niveles de precios que se encuentran en niveles históricamente elevados. Esto es resultado fundamentalmente del acelerado crecimiento económico mundial y, en particular, del aumento de la demanda de alimentos y materias primas por parte de las economías de China e India. Las grandes empresas exportadoras y comercializadoras imponen precios internos para esos mercancías que se condicen con los precios internacionales.
• Apertura de nuevos mercados a los cuales exportar. La transformación estructural de la economía consolidada en los años noventa junto a la política de tipo dólar caro (y salarios bajos) han conseguido instalar a la Argentina como nueva base de exportación de producciones primarias y agroindustriales. En los últimos años se han abierto nuevos mercados para la exportación, lo que ha generado un desvió de la producción local hacia el mercado internacional. Hoy las exportaciones representan el 24,7% de la producción final total, mientras en 2001 sólo el 11,5% de la producción final se destinaba al mercado internacional. Dadas las dificultades para aumentar la oferta de estas mercancías, los precios internos se han disparado (este es el caso, particularmente, de la carne).
• Reacomodamiento de precios relativos. La salida de la convertibilidad fue seguida por un fuerte incremento en los precios internos, que en los primeros doce meses posteriores a la devaluación del peso, según datos del INDEC, aumentaron un 41%. Sin embargo, no todos los precios evolucionaron de igual manera. Las empresas productoras y distribuidoras de bienes (en particular, de primera necesidad) tuvieron mayores posibilidades de incrementar sus precios. Los precios internos del conjunto de los bienes aumentaron 69% entre diciembre de 2001 y diciembre de 2002. Por otra parte, los precios de los servicios aumentaron mucho menos; en los doce meses posteriores a la devaluación subieron sólo 11%. A partir de 2003, el aumento de la demanda interna (superior al 7,5% anual) ha puesto presión creciente sobre los precios de estos últimos. [22] Entre mayo de 2003 y octubre de 2007 las tarifas de los servicios aumentaron 49% [23], mientras que los productores de bienes aumentaron sus precios un 37%. Es decir, que las empresas cuyos precios (y rentabilidad) se “atrasaron” en relación a los precios de los bienes exportables e importables, han comenzado a recuperar su rentabilidad relativa a fuerza de aumentarlos.
• Alquileres. Los precios de las viviendas aumentaron fuertemente en el 2002, cuando la adquisición de propiedades se transformó en una alternativa para las clases altas por medio de la cual salir del “corralito financiero” y resguardar sus ahorros de la inestabilidad económica. La recesión imperante no permitió que dichos aumentos se trasladaran al valor de los alquileres, los cuales se mantuvieron en niveles similares a los del fin de la convertibilidad hasta abril de 2005. A partir de ese mes se comienza a registrar una suba sostenida en el precio de los alquileres y los contratos comienzan a incluir cláusulas de ajustes periódicos de su valor. Entre abril de 2004 y octubre de 2007, los alquileres experimentaron un aumento del 54% de acuerdo a la información difundida por el INDEC. Esto se transforma en un problema de particular relevancia para una parte significativa de la población que habita los grandes aglomerados urbanos.
Estos son los factores que explican lo que podríamos denominar la “inflación del modelo” pues la inflación es producto de las características estructurales del modelo.
La suba de los precios internos de los bienes exportables (combustibles, alimentos) e importables (manufacturas industriales) ha redundado en un fuerte incremento en la rentabilidad de las empresas que los producen y comercializan. Entre 2003 y 2005 la utilidad neta de las grandes empresas aumentó un 186%. Sin embargo, la lucha de los trabajadores por recuperar el poder de compra de sus salarios ha comenzado a poner en cuestión (aunque todavía no a afectar) esos niveles de rentabilidad.
A fin de contener parcialmente la inflación, a fin de frenar las presiones salariales, el gobierno a encarado en los últimos años diversas medidas:
• Subsidios otorgados por el gobierno nacional. El gobierno está otorgando distintos subsidios como contrapartida del no aumento de precios y tarifas en diferentes sectores. Entre los más destacados se encuentran los entregados al transporte público (trenes, subterráneos y colectivos) y a sectores del campo (tamberos, sector triguero). [24]
• Retenciones a la exportación. Las retenciones son otro factor que sirve para contener los precios en el mercado interno. Dado que la retención reduce el precio que efectivamente recibe el exportador y el productor del producto exportable, el precio de venta en el mercado local también se reduciría (al menos parcialmente).
• Tarifas de servicios públicos. Si bien el gobierno ha permitido el aumento de tarifas por la provisión de servicios públicos a empresas, las tarifas a los sectores residenciales tuvieron subas limitadas a partir de 2002.
Estas medidas buscan ser institucionalizadas a través del promocionado “pacto social”.
En los próximos meses, ninguno de los factores mencionados como impulsores de la actual suba de precios sufrirá algún cambio de importancia a partir de la asunción del “nuevo” gobierno. La inflación se mantendrá entre el 10% (oficial) y el 20% (real) al menos durante 2008, si el mencionado pacto tiene “éxito”.
La política de precios del gobierno seguramente mantenga los subsidios sectoriales (dado el margen de maniobra que le otorga el abultado superávit fiscal) o los reducirá a cambio de un aumento en las retenciones a las exportaciones. Si bien esta última medida afecta a los sectores productores y exportadores de materias primas (sectores con cierta capacidad de presión y movilización), tanto los subsidios como retenciones son funcionales a la estrategia de contención de la inflación.
Un cambio que se avizora es la posibilidad de reajustes en las tarifas residenciales de servicios públicos a comienzos del 2008. Una medida de este tipo, que podría afectar fuertemente a los sectores medios y populares, seguramente sea implementado junto a algún mecanismo de “tarifa social” que reduzca el impacto en las familias de menores ingresos.
5. Política fiscal
La política económica del gobierno de Kirchner tiene muchas similitudes con la política económica en los años noventa y algunas diferencias. Algunos cambios importantes se concentraron en algunos de los parámetros de la política fiscal. Los principales cambios se han producido en lo que hace a la política impositiva.
Durante el 2007, la política de recaudación impositiva estuvo orientada, fundamentalmente, a sostener el superávit fiscal (la diferencia entre los que se recauda y lo que se gasta) por medio de las retenciones a las exportaciones y los mayores ingresos provenientes de la reforma del Sistema de Seguridad Social (Sistema de Jubilaciones y Pensiones).
Los ingresos totales del Sector Público Nacional tuvieron durante todo el año tasas de crecimiento superiores al 40% anual, fundamentalmente por los recursos “extraordinarios” que se originaron por la reforma sistema provisional, en particular por el traspaso los trabajadores que aportaban al sistema de capitalización y ahora lo hacen en el régimen de reparto. [25] Junto a los mayores ingresos que llegaron en forma de retenciones a las exportaciones (que aumentaron por la suba en los precios internacionales del agro) se constituyeron como un importante pilar de la política de superávit fiscal.
Más allá de esos cambios, el patrón tributario ha mantenido en el actual gobierno un carácter fuertemente regresivo. Más de un 40% de la recaudación durante este año se sostiene en impuestos que pesan fuertemente sobre los ingresos de los hogares más pobres (en particular, el impuesto al valor agregado y el impuesto a los ingresos brutos).
Por el lado del gasto, cabe recalcar que el 11% fue destinado a lo que se denomina Rentas de la Propiedad, que incluyen el pago de intereses de la deuda pública. Estos gastos han aumentado durante la gestión Kirchner en más de 139% (38% más que el gasto en remuneraciones).
6. La deuda pública no se destina para el desarrollo
Al analizar la deuda del Sector Público Nacional [26], conviene comenzar determinando su magnitud y composición. El total de deuda a junio de 2007 alcanza U$S 138.000 millones, los cuales están compuestos por:
1. Títulos públicos: U$S 83.000 millones. Se incluye la deuda que se dejó de pagar desde fines de 2001 y que se terminó de renegociar en el 2005. A su vez, también se consideran los títulos emitidos para compensar a los bancos por la pesificación asimétrica [27] junto con los nuevos títulos que se colocaron en los últimos años, principalmente al gobierno de Venezuela.
2. Organismos internacionales: U$S 14.500 millones. A pesar de que en diciembre de 2005 se canceló la deuda con el FMI, continúa el endeudamiento con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otras instituciones financieras.
3. Préstamos garantizados: U$S 13.000. Corresponde a un canje de deuda llevado a cabo en noviembre de 2001, por medio del cual se cambiaron títulos públicos por deuda garantizada por la recaudación.
4. Canje de deudas provinciales: U$S 11.900 millones. La nación intervino en la reestructuración de deuda provincial haciéndose cargo de parte de la deuda que sería repagada por las provincias.
5. Organismos oficiales: U$S 7.000. La mayor parte corresponde a la deuda con el Club de París, la cual aún no fue renegociada y no se está pagando.
6. Otras deudas: U$S 8.600 millones. Está compuesta principalmente por adelantos del Banco Central.
Al total de deuda mencionada, deben agregarse otros U$S 27.000 millones que corresponden a títulos públicos que no ingresaron al canje de deuda finalizado en el 2005. Si bien el discurso del gobierno es no considerar dicha deuda, existen importantes presionas para que sean pagadas, por lo que aun no está definido lo que sucederá con la misma.
De los números mencionados pueden sacarse varias conclusiones.
Por un lado, el total de deuda representa cerca del 60% del PBI [28], es decir que más allá de el canje de deuda y de la cancelación de los pasivos con el FMI, la misma sigue ejerciendo una importante carga para el país. En relación a este punto puede mencionarse que el total de capital e intereses pagado en el primer semestre del 2007 representó el 43% de la recaudación del gobierno nacional.
Otra mención puede realizarse con relación al canje de deuda que representa una porción muy importante del total. La situación de crisis en la que se encontraba el país entre fines de 2001 y principios de 2002 podría hacer servido para realizar un replanteo profundo de la composición de la deuda, determinando la porción fraudulenta de la misma que se contrajo en la última dictadura militar.
Como fue mencionado, la pesificación asimétrica constituyó otro factor de endeudamiento para el Estado. De esta manera se repiten la estatización de deuda privada realizada en otros años, por medio de la cual el conjunto de la sociedad se hace cargo de obligaciones de grupos económicos concentrados. No sólo se cubrió a los pequeños deudores, quienes recibieron préstamos para pequeños emprendimientos o créditos hipotecarios, sino que el beneficio de la pesificación de deudas también fue otorgado a los grandes deudores. Ello podría haberse resuelto a través de una negociación privada entre grandes empresas y bancos, de la misma manera que lo hicieron con otros instrumentos de financiamiento.
Con respecto a la composición de la deuda por monedas, puede observarse que el 53% se encuentra denominada en moneda extranjera, y de la que fue contraída en pesos, la mayor parte es ajustable por el CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), un índice elaborado en base a la evolución de los precios al consumidor. Para tener una dimensión de la importancia de este coeficiente, se puede mencionar que en los primeros 6 meses del 2007, la deuda se incrementó en cerca de U$S 2.500 millones a raíz de la suba de los precios.
Como comentario final, podemos decir que no se observa una inversión del sector público o desarrollo como contrapartida del importante endeudamiento mencionado. Además, mientras los pagos se multiplican no se verifica una reducción en el stock de deuda. En relación a esto puede tomarse como ejemplo el flujo neto de fondos con los organismos financieros internacionales. Entre 1993 y 2007, dicho flujo fue de U$S 10.400 millones a favor de las entidades de crédito, mientras que nuestro país le continúa debiendo U$S 14.500 millones.

Notas
[1] Algo para destacar aquí es que el año que se toma como base no es un año de los que podamos llamar “normal” ya que es donde se llega al punto más bajo de la última crisis que estalla con las jornadas de lucha del 19 y 20 de diciembre de 2001. Partiendo de un punto de profunda crisis, en la recuperación se utiliza trabajo y capital que estaban desempleados, es decir, no se requiere inversión previa.
[2] Con “términos de intercambio” nos referimos al cociente entre los precios de los bienes que un país exporta y los precios de los bienes que un país importa.
[3] El promedio para América Latina de la mejora en la relación de precios de intercambio entre 2002-2006 es de 12.94%, mientras que para Argentina es del 8.31% (CEPAL, 2007)
[4] Los precios de los productos agrícolas, trigo, maíz, sorgo y soja, durante el mismo período crecieron un 60%, 32%, 28% y 28%, respectivamente. Mientras que los energéticos como es el caso del petróleo un 222%.
[5] Varias de ellas móviles, es decir, se acrecienta el porcentaje de retensión a medida que aumenta el precio al que vende el exportador.
[6] Durante el año 2006 los ingresos por derechos de exportación equivalieron al 10% del total de los recursos tributarios (Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal, MECON, 2007).
[7] Nuevamente se destaca que fue uno de los componentes del PBI que más cayó con la crisis.
[8] El porcentaje de inversión del año 2006 superó el porcentaje del año 1998, 21.1%, el más alto durante la Convertibilidad (INDEC, 2007).
[9] La Argentina pasó de ser considerado un país gasífero a ser un país con gas en función de la caída de as reservas. En la actualidad se calcula (en función de las declaraciones juradas de las empresas) que las reservas de gas alcanzan para 8 años mas.
[10] Energías derivadas de los principales productos energéticos destinadas al consumo y en menor medida a la transformación.
[11] Hay un debate sobre que constituye el trabajo informal o precario. Las estadísticas oficiales no son muy útiles en este respecto pues presentan como trabajadores “informales” a los trabajadores asalariados cuyos patrones no realizan los aportes obligatorios a la seguridad social (es decir, para el gobierno “informal” es equivalente a “en negro”). Obviamente, esto no toma en cuenta los empleos de alta precariedad por el tipo de contrato (“basura”) o los bajos niveles de ingresos, flexibilidad horaria, largas jornadas, etc.; tampoco toma en cuenta la precariedad del empleo no asalariado.
[12] Recordemos que, de todas maneras, están aun un tercio por debajo del nivel de 2001.
[13] Los datos oficiales llegan hasta junio de 2007.
[14] Otra manera de verlo es la siguiente: entre 2002 y 2007 el ingreso total aumentó casi 108000 millones de pesos. De ese total, los trabajadores recibieron 25000 millones. Es decir, el equivalente a 140 pesos por mes cada uno. El resto, unos 83000 millones de pesos por año, fueron apropiados por la clase capitalista. Es decir, en 2007 cada trabajador produce en promedio 2100 pesos mensuales más de valor de producción que en 2002 mientras sólo recibe 475 pesos mensuales adicionales. La diferencia ha sido apropiada por las clases no trabajadoras.
[15] Entre el segundo trimestre (abril-junio de 2003) hasta hasta tercer trimestre (julio-septiembre) de 2007.
[16] Por ejemplo, entre Mayo de 1991 y Mayo de 1998 sólo se crearon 1,3 millones de empleos.
[17] Los últimos datos disponibles son del primer trimestre del año.
[18] Trabajadores por cuenta propia o cuentapropistas son aquellos que realizan tareas sin estar formalmente bajo patrón y sin ser a su vez empleadores. En las estimaciones que realiza el INDEC puede incluir a un conjunto reducido de personas que sin aparecer como empleadores tienen “ayudantes”.
[19] Los últimos datos disponibles son del primer semestre de 2007.
[20] Los datos son para finales de 2006 (según IDEP-CTA).
[21] Esto es, según las cuestionadas mediciones del INDEC que han sufrido cambios metodológicos arbitrarios y presentan serias dudas en cuanto a la rigurosidad de la información relevada.
[22] En especial, del consumo de los sectores más ricos. Es importante aclarar que el 75% del consumo total es realizado por el 20% más rico de la población. El consumo del 80% restante, es decir del conjunto de los trabajadores, representa solamente el 25% del consumo total.
[23] Se debe tener en cuenta que dentro del conjunto de servicios están incluidos los servicios públicos, los cuales no tuvieron aumentos generalizados. Además, a través de distintos planes de racionamiento de la energía se implementaron subas “encubiertas” de las tarifas, las cuales no fueron captadas por los índices del INDEC. Si bien no se cuenta con la información detallada del incremento de las tarifas del resto de los servicios, se puede inducir que fue mucho mayor al promedio mencionado del 49% registrado entre mayo de 2003 y octubre de 2007, debido a que los servicios regulados sólo aumentaron un 21% en dicho período.
[24] Resulta claro que no es justo que el conjunto de la sociedad aporte a través del regresivo sistema impositivo (pagan más los que menos tienen) a los subsidios que engrosarán las ganancias de estas empresas.
[25] Entre mayo y septiembre de 2007 el gobierno nacional recaudó “extraordinariamente” $7.264,6 millones por esos traspasos.
[26] Se debe tener en cuenta que las provincias y los municipios también tienen deudas, pero su análisis no será incluido en esta nota, más allá que la dinámica del proceso de endeudamiento siga características similares a los de la Nación.
[27] La pesificación asimétrica consiste en la diferencia de valor del dólar que se consideró para préstamos y depósitos en los bancos originalmente en moneda extranjera. Los préstamos en dólares fueron transformados a pesos 1 a 1, mientras que los depósitos se pesificaron a $ 1,40 + CER. De esta manera los bancos tenían que devolver los depósitos a un valor mayor que los créditos otorgados originalmente en dólares. La diferencia se hizo cargo el Estado a través de títulos públicos.
[28] Producto Bruto Interno, que representa el valor de las riquezas creadas por toda la sociedad durante un año.

Sunday, December 09, 2007

Letras Condenadas

Canciones de "Condenadas al éxito", grupo musical de compañeras del Frente Popular Darío Santillán.
Condenadas en el aguante cultural por la expropiación del Centro Social Olga Vázquez, el jueves 6 de diciembre de 2007.
SIÉNTATE
Siéntate en sus rodillas
Cuéntale tus ilusiones
Tu le das amor y sonrisas
Y el te lo paga a bofetones
Pon soluciones, mándale al cuerno
Pon soluciones, vete a tu pedo cabrón.
Basta ya de vejaciones
Pon en marcha tus ideas
Ahógale en su bañera
Ponle matarratas en su cena
Pon soluciones, mándale al cuerno
Pon soluciones, vete a tu pedo cabrón
Lárgate de aquí, muérete
Y que seas muy feliz, ra ta ta ta
No más mujeres torturadas, no!!
No más mujeres sin ilusiones, noooo!!!
Grita con ganas estas ideas, siiiii!!!
Date un mes de vacaciones…
Pon soluciones, mándale al cuerno
Pon soluciones, vete a tu pedo cabrón
Lárgate de aquí, muérete
Y que seas muy feliz, ra ta ta ta (muy lejos de aquí)



PRITTY WOMAN
Pritty woman no me jodan más
Pritty woman creo que voy a estallar
Con el mandato familiar
Del sistema patriarcal, aal, aaal, aaaa…
Pritty woman, te tenés que depilar
Pritty woman, y de los hombres gustar
También tenés que adelgazar
Para poder encajar
En esta, en esta, en esta sociedad…
Pritty Woman muchos hijos tendrás
Pritty woman y en la casa estar
También tenés que demostrar
Que tu familia es normal
Muy normal, muy normal, normal, normaaaalll….
Mujer bonita es la que sale a luchar
Mujer bonita, por trabajo y dignidad
Cuando una mujer avanza
Ningún hombre retrocede
Jamás, no sé, jamás, no sé, jamás, no sé, no sé….
Mujer bonita sale a trabajar
Y como todas precarizada está
Mujer que en cada barrio está
Creando poder popular
Y cambio, y cambio, y cambio,
Social, social….
Mujer bonita te empezaste a organizar
Ya no querés ninguna muerte más
Por aborto ilegal de la iglesia patriarcal
Libertad, libertad, libertad, libertad a Romina Ya!!!
Mujer bonita es la que sale a luchar
Mujer bonita, por trabajo y dignidad
Sin la mujer la lucha siempre va por la mitad
Libertad, libertad, libertad
A Romina Ya!

MIS COLEGAS
Mis colegas quedan
Tirados por el camino
Y cuántos más van a quedar
Cuánto viviremos
Cuánto tiempo moriremos
En esta absurda, derrota sin final
Dos semanas, tres semanas,
O cuarenta mil mañanas, que pringue
La madre de Dios
Cuánto horror habrá que ver
Cuántos golpes recibir
Cuánta gente, tendrá que morir.
La cabeza bien cuidada
O muy bien estropeada y nada
Nada que agradecer
Dentro de nuestro vacío
Sólo queda en pie el orgullo, por eso
Seguiremos de pie
Mogollón de gente vive tristemente
Y van a morir democráticamente
Y yo, y yo, y yo no quiero callarme
La moral prohíbe
Que nadie proteste
Ellos dicen mierda, nosotros amen
Amen, amen
A menudo llueve

YA NO AGUANTO MÁS
Ya no aguanto más
Esta vida así es inúltil
En esta triste realidad
Nada se mide por igual
La esperanza siempre huye
Somos muchas que más da
Lo damos todo ya está bien
En tu interior hay ilusiones
Se acabó el consentir
El futuro es para ti
No estés perdida
Hay mil razones
Oe, oe, oe, oe
Oe, oe, oe, oe
Gritaré, por un futuro diferente
Gritaré, con la metralla entre los dientes
Gritaré, por un futuro para ti
Gritaré, con la metralla entre los dientes
Aquí estaré siempre de pie
Lucharé por convicciones
Siente el silencio al hablar
Es el momento de gritar
Hoy amanece rojo y negro
Y en tus ojos al mirar
Verás un mundo de cristal
Es frágil y no se rompe
Y gritarás y estallarás
Reventando el viejo orden
Oe oe, oe oe
Oe, oe
Gritaré, por un futuro diferente
Gritaré, con la metralla entre los dientes
Gritaré, por un futuro para ti
Gritaré, con la metralla entre los dientes

ABORTO LEGAL
Yo pregunto a los presentes
Si no se han puesto a pensar
Que este cuerpo es de nosotras
Y no del pague más
Yo pregunto a las presentes
Si no se han puesto a pensar
Que si nosotras luchamos
Decidimos con libertad, a luchar
A luchar
Aborto legal, aborto legal
Que este cuerpo es mío, no es tuyo, ni de él
del fiolo, del cura, del patrón, ni el juez
A luchar, a luchar
Si molesto con mi canto
Alguien que no quiera oír
Le aseguro que es la iglesia
O un facho de este país
Aborto legal, aborto legal
educación sexual
Anticonceptivos para no abortar
No permitamos ni una muerte más
A luchar a LUCHAR!!!!

LA BAMBA
Yo era una de esas
yo era una de esas que obedecía
me callaba la boca
me callaba la boca
no discutía, no decía nada
y por dentro lloraba (y gritaba)
BASTA BASTA, de violencia!
BASTA, BASTA, de injusticias!
BASTA, BASTA, de abusos!
BASTA, BASTA, de silencio!
Para el 8 de marzo,
para el 8 de marzo no quiero flores,
no quiero bombones
es un dìa de lucha
mujer que lucha no vuelve a la cucha
(arriba las que luchan)
Para ser feminista
para ser feminista se necesita
un poquito de ovarios,
un poquito de ovarios u otra cosita
y arriba, y arriba
y arriba y arriba
por mí seré, por mí seré, por mí seré
FEMINISTA, ANARQUISTA
FEMINISTA, SOCIALISTA
FEMINISTA, ZAPATISTA
FEMINISTA, COMBATIVA!!!!!!

Wednesday, November 07, 2007

El tiempo que nos toca > Radio Futura 90.5 FM

los viernes desde las 9 hs

Programa 4: "Venezuela"
28/11/2008









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Programa 3: "Femicidios y feminicidios"
21/11/2008









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Programa 2: "Mercados populares"
14/11/2008









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Programa 1: "La crisis económica internacional"
7/11/2008











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¿Por qué?

Por qué escribimos

Uno hace versos y ama
la extraña risa de los niños,
el subsuelo del hombre
que en las ciudades ácidas disfraza su leyenda,
la instauración de la alegría
que profetiza el humo de las fábricas.

Uno tiene en las manos un pequeño país,
horribles fechas,
muertos como cuchillos exigentes,
obispos venenosos,
inmensos jóvenes de pie
sin más edad que la esperanza,
rebeldes panaderas con más poder que un lirio,
sastres como la vida,
páginas, novias,
esporádico pan, hijos enfermos,
abogados traidores
nietos de la sentencia y lo que fueron,
bodas desperdiciadas de impotente varón,
madre, pupilas, puentes,
rotas fotografías y programas.

Uno se va a morir,
mañana,
un año,
un mes sin pétalos dormidos;
disperso va a quedar bajo la tierra
y vendrán nuevos hombres
pidiendo panoramas.

Preguntarán qué fuimos,
quiénes con llamas puras les antecedieron,
a quiénes maldecir con el recuerdo.

Bien.

Eso hacemos:
custodiamos para ellos el tiempo que nos toca.

Roque Dalton

Friday, October 26, 2007

“¿Hacia el neodesarrollismo en Argentina? De la reestructuración capitalista a su estabilización

x Mariano Féliz*

1. Introducción
La crisis que concluyó en Argentina en 2002 marcó un punto de quiebre. No porque se haya terminado con la etapa de valorización financiera en la Argentina (Basualdo, Schorr y Lozano, 2002) sino porque la salida de la convertibilidad señaló el fin del proceso de ‘reestructuración regresiva’ del capitalismo argentino; esto marca el comienzo de una etapa de relativa estabilización de la relación-capital.
La crisis de mediados de los años setenta (cuyo hito inicial fue el ‘Rodrigazo’ de 1975) dio comienzo a un intento de re-estructuración de las relaciones capitalistas en la Argentina. Hasta 1989 la Argentina fue escenario de un profundo conflicto para recomponer una relación adecuada entre la masa de plusvalor y el capital variable. Esa disputa se expresó en la creciente inflación, la fuga de capitales y el abandono de la inversión reproductiva por parte del capital; todos ellos fueron signos evidentes de las dificultades de los sectores capitalistas para imponer su hegemonía (Féliz y Pérez, 2004). La ‘valorización financiera’ no expresó sin más el carácter rentista de la burguesía argentina (Notcheff, 1994) sino que marcaba lo inacabado de la reestructuración y la necesidad del capital de mantenerse en su forma más líquida como capital-dinero.
La hiperinflación de 1989 y la convertibilidad del peso en 1991, marcaron el comienzo de la definición definitiva del proceso a favor del capital. La consolidación de los grandes grupos económicos como agentes dominantes del proceso de reproducción de la sociedad se constituyeron en las palancas claves de la consolidación hegemónica (Aspiazu, Basualdo y Khavisse, 2004). El capital financiero pudo ocupar en la etapa su papel como representación del capital en general. Las reformas estructurales marcaron el cuadro ordenador de la nueva Argentina que se estaba terminando de construir (Féliz, 2005). La convertibilidad de la moneda fue un elemento táctico en el marco de la estrategia capitalista de dominación social. En síntesis, permitió a la vez contener al trabajo dentro del capital y garantizar la definitiva hegemonía del gran capital. La convertibilidad fue la síntesis de una nueva composición de clase favorable al capital y dentro de éste, al gran capital.
La salida de la convertibilidad fue resultado del desgaste de una táctica capitalista pero no expresa el fracaso de su estrategia. La salida violenta de la década de los noventa mostró la imposibilidad del capital de reproducirse sin el trabajo y de ejercer un dominio absoluto sobre la sociedad. La crisis dio cuenta de que el capital supone y necesita de la violencia y muerte pues su control sobre la sociedad es siempre precario. En la crisis el capital se ve desbordado y pierde su carácter objetivo, apareciendo como lo que es: una relación de dominio de una parte de la sociedad sobre el resto en base a la (re)apropiación sistemática de los medios de producción y reproducción. En la crisis trabajadores y capitalistas se enfrentan cara-a-cara ya no solamente por el control de los procesos inmediatos de producción sino por el control de la sociedad toda.

2. Convertibilidad y composición de clase
La salida de la convertibilidad permitió al capital hacer efectiva la nueva composición de clase (CC), es decir la nueva articulación de poder al interior de la clase dominante y de ésta frente a la clase trabajadora, que se terminó de constituir en los noventa. La CC refleja la correlación de fuerzas sociales dentro del capital (Cleaver, 1992). El capital es una relación social entre el trabajo vivo y el capital (trabajo objetivado) que se expresa también como múltiples capitales que compiten entre sí. La CC refleja una determinada estructura de poder entre trabajo y capital y dentro del capital mismo. Esa composición es por ello una composición política que registra la capacidad de organización, resistencia y lucha de las fuerzas sociales en pugna. Al interior de la clase obrera se consolidó el peso de los trabajadores de las ramas de servicios (en particular, transportes y comunicaciones) en una estructura del empleo altamente heterogénea y precarizada. A su vez los trabajadores desocupados lograron constituirse como un sector políticamente importante dentro de la fuerza de trabajo. Dentro del capital, la CC se estructuró sobre el dominio de los grandes grupos económicos y las trasnacionales de las comunicaciones y la extracción de recursos naturales. Por otra parte, se consolidó la ‘periferización’ de actividades dentro de las grandes empresas. Hoy hay miles de pequeñas y medianas empresas que son realmente extensiones de los grandes capitales.
La crisis hizo evidente lo que ya se sabía: que la concentración y centralización del capital había (im)puesto definitivamente al gran capital (productivo, no financiero) como eje de la acumulación y la precarización y pauperización de la fuerza de trabajo sería un elemento permanente de la nueva forma del capitalismo (más allá del neoliberalismo).

3. Tendencias de la etapa neo-desarrollista
El primer resultado observable del capitalismo post-convertibilidad en Argentina es un nivel de salarios que se mantiene por debajo de los promedios de los últimos treinta años. Junto con esto se afirmó un incremento violento en la relación entre plusvalor y capital variable que refleja la estructura que se conformó definitivamente en la década anterior; la relación ganancias/salarios pasó de 56/32 a 61/24 entre el promedio 1996-1998 y el promedio 2002-2004.
Por otra parte, la privatización de crecientes ámbitos de la vida se afirmó en los primeros años del nuevo milenio. Tanto la apropiación privada de los recursos naturales como la producción y distribución privatizada de los amplios ámbitos ligados a espacios comunes se han confirmado. En 2002, 116 empresas entre las 500 más grandes pertenecían a ramas de extracción o procesamiento de recursos naturales, contra 105 para el promedio de 1993-1998.
Por último, cabe resaltar que el patrón extrovertido, orientado hacia el mercado mundial de la economía argentina es el reflejo de las tendencias que se constituyeron durante la etapa de reestructuración y se consolidaron en los 90. Los grupos económicos que fueron ampliando su dominio sobre la economía argentina por décadas siempre tuvieron un impulso exportador significativo. Este patrón extrovertido se afirma en el creciente desplazamiento del consumo popular como base de la esfera de la circulación y la estructura fuertemente dependiente del consumo capitalista-suntuario.
La estructura de la demanda no sobre-determina a la estructura productiva sino que la estructura de demanda global está anclada en la consolidación de un patrón productivo capitalista de alta explotación y alta segmentación de la estructura de clases (alta desigualdad al interior de las clases y, sobre todo, entre ellas). Determinadas relaciones entre los componentes del capital en la producción se traducen en restricciones particulares en la esfera de la distribución y la circulación del valor. El aumento en la explotación reduce relativamente la capacidad de la fuerza de trabajo de demandar mercancías mientras que el aumento en la segmentación entre clases conduce a un aumento relativamente veloz de la demanda de consumo de los capitalistas, gerentes y directivos (con ingresos altos derivados de la mayor explotación). Estos movimientos inducen el crecimiento de las importaciones y el aumento de las exportaciones. Por un lado, mientras las grandes empresas son fuertemente dependientes de los insumos importados para la producción y los capitalistas son fuertes consumidores de importados pues tienen un patrón de consumo dependiente, por otro el desarrollo capitalista con bajos salarios y alta explotación induce las exportaciones pues las hace relativamente más rentables que la producción para el mercado doméstico.

4. De la economía política de la nueva política económica
Este es el marco estructural en el que debe ser interpretada la nueva política económica, que llamamos neo-desarrollista. ¿Pero en qué se parece a la política de los años de pos-guerra llamada ‘desarrollista’? Los cambios son apreciables en cuanto a su forma pero no tanto en su esencia.

4.1 Crecimiento industrial y nueva burguesía nacional
El neo-desarrollismo pone como objetivo prioritario el crecimiento económico con eje en el ‘sector productivo’. En aparente contraste con las políticas de los años no-desarrollistas (1975-2001), donde habría sido actor privilegiado el capital financiero, el desarrollismo promueve la expansión del sector industrial. El crecimiento del sector se presenta como la clave para el desarrollo económico. Aparentemente, el crecimiento del capital productivo conduciría al desarrollo social por arrastre. Más allá de los contrastes discursivos, opera detrás de esa lectura el mecanismo de derrame que en los años no-desarrollistas era tan defendido. Al parecer, el crecimiento económico resolverá por sí mismo los problemas que trae el capitalismo y acentuados por la situación de dependencia de la economía argentina.
Según el neo-desarrollismo con sólo esperar, el capital(ismo), ya no financiero sino industrial, conducirá a la desaparición de la pobreza, al fin de la depredación y la explotación laboral, a terminar con las desigualdades. ¿Nadie ha explicado por qué ha cambiado la naturaleza del capital? ¿Y dónde quedaron los capitalistas rentistas, hoy devenidos en nueva burguesía nacional?
Al parecer, según los defensores del neo-desarrollismo, el ‘capitalismo (en) serio’ no es tan salvaje como el neoliberal. Eso es llamativo ya que todavía hoy cerca de 3⁄4 de los puestos de trabajo creados son precarios, con salarios inferiores a los años noventa y a pesar de que los trabajadores producen más que en 1998 la pobreza es más de 40% superior.

4.2 Neo-desarrollismo y capital
El neo-desarrollismo sostiene su estrategia de desarrollo en la expansión ampliada de las relaciones capitalistas de producción. Bajo un aura anti-capitalista y anti-mercados, el neo-desarrollismo continua promoviendo los negocios del gran capital. En la pos-guerra la intervención estatal redistribuía los recursos públicos directamente o indirectamente a los sectores capitalistas promoviendo su desarrollo. Hoy en lugar de la inversión directa por parte del Estado, en general se prefiere el mecanismo de los fondos fiduciarios como mecanismo de subsidio directo al capital. Sólo en casos excepcionales el Estado retoma la gestión de servicios privatizados. Como socio minoritario, el Estado facilita las condiciones para la producción capitalista en las nuevas ‘empresas mixtas’.
La inversión extranjera directa (IED) continúa siendo un eje de la política (neo)desarrollista. No hay señales que indiquen la reducción del peso del capital trasnacional en la economía argentina. En 2002 el 57% de las 500 más grandes empresas eran extranjeras mientras que en el promedio de 1993-1998 sólo 40% lo era. La seguridad jurídica de las inversiones capitalistas continua siendo la prioridad estatal. Por otra parte, hoy es poco relevante el concepto de nacionalidad del capital pues todas las ramas están dominados por capitales extranjeros o nacionales con fuerte tendencia a la trasnacionalización. El concepto relevante es el de capital global doméstico. Es decir, el conjunto del capital que se produce y reproduce dentro un territorio nacional. No importa la nacionalidad del capital pues en cualquier caso su valorización depende esencialmente de la explotación del trabajo local.

5. Inflación, productivismo y superávit fiscal, las nuevas prioridades del Estado
La lucha contra la inflación y la promoción del productivismo fueron parte de los ejes históricos de la política pública desarrollista. En la actualidad, el neo-desarrollismo vuelve a colocarlos como elementos clave. A esos dos elementos se suma uno novedoso, que señala una diferencia importante con el viejo desarrollismo, diferencia resultante del cambio estructural que ha sufrido la economía de la Argentina en los últimos treinta años: la política de superávit fiscal.

5.1. Inflación y conflicto social
Al igual que en el desarrollismo de vieja usanza, la lucha contra la inflación aparece como un elemento clave del neo-desarrollismo.
La inflación y la lucha estatal contra ella es expresión de las dificultades del capital bajo la forma de múltiples capitales en competencia de enfrentar la negativa obrera a la precarización de sus condiciones de trabajo.
La lucha obrera por mejoras o recuperaciones en las condiciones de trabajo enfrentan siempre la resistencia tenaz del capital. En etapas de recuperación económica, la expresión de esa resistencia es la inflación. El capital busca neutralizar las presiones obreras devaluando la fuerza de trabajo a través de la suba de precios. Es la rigidez de la ganancia empresaria la que conduce a la inflación. Sin embargo, la estrategia de devaluación salarial descentralizada (es decir, llevada adelante por los capitales en competencia) por medio de la inflación es viable aunque sólo parcialmente eficaz pues conspira contra las posibilidades de reproducción ampliada del capital en la era del capital trasnacional.
Bajo el supuesto de rigidez en la ganancia, la estrategia capitalista de compresión salarial tiende a reducir su competitividad vis-a-vis el capital internacional. Eso es evidente para todos y por ello el capital en su conjunto exige la intervención del Estado en la regulación salarial. El techo salarial actúa como una estrategia de coordinación del capital para contener bajos los salarios, sosteniendo a su vez la competitividad internacional. De esta manera se entiende la política de limitar los aumentos salariales al 19% en 2006 y mantener el salario mínimo por debajo de la canasta básica, a pesar de que en el segundo semestre de 2005 un cuarto de los hogares (24,7%) eran pobres, los salarios de los trabajadores formales recién a mediados de 2006 recuperaron, en relación a 2001, su poder de compra en relación a la canasta alimentaria y los salarios de estatales e informales debería subir no menos de 45% para compensar la caída desde 2001 (Féliz, 2006). El capital exige la mediación del Estado y las burocracias sindicales para enfrentar el conflicto que no puede controlar en su seno.
Queda claro aquí que la nueva composición de la clase obrera ha puesto en el centro de la escena a nuevas fracciones dentro de la clase: el sindicato testigo es hoy el de la UTA (Unión Transporte Automotor), gremio al que pertenece el Secretario General de la CGT (Confederación General del Trabajo), desplazando a los gremios metalúrgicos que tradicionalmente ocuparon ese lugar.

5.2. Productivismo con super-explotación
El desarrollismo tuvo como uno de sus ejes la lucha por la reestructuración capitalista y el aumento de la productividad del trabajo. Las campañas por la racionalización del trabajo fueron características de las décadas de 50 y 60 (James, 1990). La lucha de las empresas por la racionalización se vincula directamente a su necesidad de aumentar la productividad del trabajo, reducir costos y aumentar sus beneficios. Para los trabajadores esto siempre significó la pérdida de autonomía, la tendencial descalificación de sus tareas y el aumento en la intensidad laboral.
Esto no es el resultado simplemente de la racionalidad de la organización productiva sino de su racionalidad capitalista. Pues la tecnología como cualquier construcción humana tiene una determinación política esencial: no sólo sirve para hacer más productivo al trabajo (la base conceptual de la demanda de reducción en el tiempo de trabajo) sino que en el capitalismo sirve para debilitar la organización de los trabajadores, limitando su capacidad de resistir los permanentes intentos de precarización e intensificación del trabajo (Marx, 1994). Bajo su forma capitalista, la tecnología se convierte en un arma contra los trabajadores y en lugar de reducir la carga de trabajo sólo sirve para aumentarla. Solo la lucha de los trabajadores por la reducción de la jornada laboral ha conseguido avances en ese sentido; la tendencia capitalista opera en el sentido contrario.
En el desarrollismo, la fortaleza de los trabajadores organizados buscaba ser limitada a través de la tecnología, entre otras cosas, intentando acotar los aumentos salariales al aumento de la productividad. La racionalización y el aumento de la productividad se convertía en una consecuencia del poder obrero y un instrumento de batalla del capital.
¿El neo-desarrollismo tendrá la misma necesidad del productivismo? Los empresarios insisten con la necesidad de ligar los aumentos salariales a la evolución de la productividad. Claro que hoy eso congelaría la distribución del valor creado en la desigual relación que alcanzó después de la devaluación. Irónicamente las condiciones en que opera el neo-desarrollismo no inducen una tendencia clara a la racionalización capitalista. Precisamente, la necesidad capitalista de la racionalización es producto de la resistencia obrera. Luego de la reestructuración, el costo de extracción de trabajo excedente se ha reducido a niveles que disminuyen la necesidad del capital de innovar e incorporar tecnología. Paradójicamente sólo la lucha exitosa de los trabajadores podrá inducir al capital a competir mejorando la tecnología.

5.3. Ciclo del capital y conflictividad
Si durante el desarrollismo el capitalismo se hallaba en una etapa de integración parcial y creciente, la etapa actual se caracteriza por la total integración del ciclo del capital. Allí la punta de lanza de la integración global era la IED (el imperialismo). El capital mundial integraba y condicionaba la economía nacional sobre la base de esa articulación (la producción a escala multinacional). Hoy el capital global está integrado en todas las fases del ciclo del capital local y en todas sus formas (mercancías, producción, dinero). Primero, una parte importante de los medios de producción e insumos son importados. Segundo, la financiación de las inversiones se encuentra en buena medida trasnacionalizada. Tercero, los procesos de producción están dominados por tecnología y gestión multinacional. Por último, el mercado mundial se ha convertido en un espacio clave para la realización de las mercancías producidas localmente. El capitalismo ‘nacional’ es hoy más que nunca parte integrante del mercado mundial. No existe un afuera (mercado mundial) y un adentro (mercado interno). El mercado mundial se encuentra constituido por los mercados nacionales, ‘nuestro’ mercado interno ya es mercado mundial (Dussel, 1988).
Antes, el conflicto rápidamente se politizaba y estallaba al interior del estado-nación. El conflicto era interno al territorio nacional y allí tendía a resolverse. La lucha era contra la burguesía nacional y contra las multinacionales en un marco de relativa autonomía del ciclo del capital a escala nacional. De parte del gran capital esa batalla suponía crecientes intentos por la racionalización de la producción. Sin embargo, esa etapa requería niveles de importación de maquinarias e insumos que eran excesivos en condiciones de una baja integración internacional del ciclo del capital, con bajos niveles de exportaciones y limitados flujos de crédito internacional. La crisis (bajo la forma de ciclos de arranque y parada) expresaba esa dificultad estructural para enfrentar la fortaleza obrera al interior del capital por medio de la racionalización productiva en una economía periférica.
Hoy en día la lucha por la competitividad global del capital doméstico (nacional o extranjero) se sostiene en la tendencia a la compresión infinita de las condiciones de existencia de la clase obrera y la ampliación sin límites de la explotación pues la contradicción entre trabajo y capital rápidamente se traslada al mercado mundial bajo la forma de fuga de capitales, depreciación/devaluación de la moneda y/o conflictos comerciales, es decir crisis externa. La dependencia profunda de la economía argentina se siente sobre todo cada vez que el capital global doméstico siente que no puede competir internacionalmente. En el presente, la crisis se expresa como crisis externa pero no por falta de integración del ciclo del capital sino por el contrario por su completa integración. Hoy el capital es inmediatamente capital global en todas sus formas y por ello tan pronto su valorización se dificulta, el capital se metamorfosea en moneda mundial y huye.

5.4. Superávit fiscal: la innovación del neo-desarrollismo
El superávit de las cuentas estatales se ha convertido en la piedra de toque del neo-desarrollismo. La diferencia positiva entre los ingresos públicos y los gastos primarios estatales alcanza hoy en día niveles récord (5% del PBI).
La preeminencia del capital financiero como medio de dominación del capital como un todo sobre la sociedad se expresa en parte a través de ese superávit. El saldo positivo en las cuentas fiscales institucionaliza la presión del capital sobre las políticas estatales. Si antes el carácter de clase del Estado se garantizaba a través del peso que la dinámica del capitalismo tenía sobre las cuentas públicas, hoy a eso se suma la presión directa de las finanzas.
Nunca antes quedó más claro que el Estado es representación de los intereses de la burguesía.

6. Nuevas formas del conflicto de clase
Mientras que en la crisis la lucha es por la reproducción/bloqueo/superación de las relaciones sociales capitalistas y la distribución de los costos del estallido de las contradicciones del capital, el principal punto de conflicto en el capitalismo estabilizado es el conflicto obrero por el control de la producción y la apropiación del valor y la riqueza. En la medida en que los trabajadores encuentran formas de organización que les permiten enfrentar el despotismo en la fábrica, las empresas buscan trasladar el conflicto interno (económico) y convertirlo en un conflicto político. Es decir, los capitalistas (tan reacios a la intervención del Estado en otras cuestiones) exigen la mediación estatal a los fines de canalizar (neutralizar y reprimir) el conflicto. La sociedad toda se convierte, en el desarrollismo, en el ámbito privilegiado de expresión del antagonismo de clase.
En los noventa, el conflicto por el control del proceso de valorización no podía expresarse políticamente porque el capital había encontrado formas de contener (no anular) el descontento obrero al interior de los establecimientos fabriles. Junto a la recomposición política de la burguesía (bajo la forma de una “Comunidad de Negocios”; Basualdo, 2001), la descomposición política de la clase obrera (producida por las transformaciones de la organización productiva, el desempleo y la precarización laboral, la cooptación de amplios sectores sindicales, la represión y la persecución judicial) desplazó la disputa al territorio, al barrio (Svampa y Pereyra, 2003). Los desocupados formaban el centro de la composición de la clase obrera y por ello se convirtieron en el eje articulador del conflicto social y el objetivo de las políticas públicas de asistencia/control social en la segunda mitad de los años noventa.
Luego de la crisis, en la etapa actual, desarrollista, los trabajadores ocupados recuperan un papel hegemónico en la composición política de la clase. La expansión en el empleo industrial y la reducción en la desocupación contribuyen a recrear las condiciones objetivas para el fortalecimiento de las organizaciones obreras. Los nuevos parámetros ‘objetivos’ apuntalan las nuevas condiciones ‘subjetivas’ de organización de los trabajadores. Sobre la base de la nueva composición de clase, comienzan consolidarse las comisiones internas que en muchos casos desbordan a los mismos sindicatos. Esto últimos, intentando bloquear la autoorganización de los trabajadores, operan en los hechos como formas del capital. El Estado es llamado nuevamente a canalizar el conflicto interno al capital a los fines de su neutralización. Si la mediación de la burocracia sindical no sirve, la presión, la cooptación, la represión y la judicialización están siempre a la orden del día. La integración a la estructura del Estado de miembros conspicuos de importantes organizaciones sociales dan cuenta de la búsqueda estatal del control social a través de la cooptación de movimientos potencialmente antagonistas. Por otro lado, los asesinatos por parte de las fuerzas conjuntas de represión estatal de Santillán y Kosteki en 2002 marcaron el cierre del período de reestructuración, el inicio de la estabilización y la continuidad de la necesidad capitalista de la muerte como instrumento de dominio. La crisis no mata pero el capital mata en la crisis.
La nueva centralidad de los trabajadores ocupados no significa que los trabajadores desocupados no tengan aun una posición privilegiada en la nueva composición de la clase obrera. La persistencia de niveles de desocupación superiores al 10% de la fuerza de trabajo activa más la existencia de miles de desocupados ocultos en la informalidad y la inactividad dan cuenta de su peso cuantitativo. Más importante, la consolidación de numerosas organizaciones sociales con base en los trabajadores desocupados señala que éstos siguen estando en el centro de la escena. La forma que asumieron las políticas sociales en los últimos 15 años dan cuenta de su importancia política. En la actualidad la reestructuración de los programas sociales en torno a éstos dos últimos tiene como uno de sus objetivos primordiales fomentar la desarticulación política de esas organizaciones.

7. Tendencias y contra-tendencias en el capitalismo neo-desarrollista
En estos primeros años del nuevo siglo XXI, nos encontramos atravesando una etapa de consolidación hegemónica del capital en Argentina. La convertibilidad no fracasó. Su éxito es evidente si observamos quiénes conducen hoy el proceso de recuperación capitalista: los grandes grupos nacionales, trasnacionales y el capital financiero internacional, y sobre qué bases: los espacios que ganaron en la sociedad durante las últimas tres décadas y en particular la última (privatizadas, control de recursos comunes). El gran capital no sólo controla hoy todas las ramas de la producción sino que además maneja la mayoría de los recursos comunes de la sociedad.
El ilusionismo (neo)desarrollista pretende ignorar lo evidente. El capital financiero sigue ocupando un papel primordial como garante del proceso de valorización. Si en los ochenta y sobre todo en los noventa tuvo un papel central en la reestructuración del capital, hoy actúa como ‘perro guardián’. Se encuentra siempre listo para presionar (bajo la forma de la fuga) a los fines de encauzar la reproducción del capital. Sin necesidad del monstruo/fetiche del (neo)desarrollismo, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el capital (en todas sus formas) domina la sociedad.
No estamos en vísperas de un regreso del mítico Estado-social. El Estado hoy defiende al capital bajo nuevas y viejas formas mientras sostiene las condiciones de reproducción ampliada de la precariedad del trabajo. La apertura internacional, aun bajo el paraguas de un tipo de cambio elevado, mantiene las condiciones que promueven el trabajo sin fin con salarios por debajo del valor de la fuerza laboral. En efecto, la tendencia neo-desarrollista es buscar la inserción trasnacional del capital doméstico sobre la base de la hiper-explotación laboral y salarios por debajo de los niveles mínimos para la reproducción de la vida social de los propios trabajadores. La posición que ocupa el capitalismo argentino en la división del trabajo a escala internacional nos conduce a competir con China, India, etc., sobre la base de un deterioro sostenido (aunque relativo, no necesariamente absoluto) de las condiciones de vida. La estrategia de integración internacional del capitalismo argentino supone como base de competitividad el par tipo de cambio alto / salarios bajos-empleo precario.
Sin embargo, la expansión del capital luego de la reestructuración de los noventa está permitiendo consolidar nuevas formas de organización obrera. La lucha aparece, nuevamente, como el único hecho científicamente previsible, como nos lo adelantaba Gramsci. Por debajo de las burocracias obreras o fuera de las organizaciones tradicionales se consolidan espacios de oposición a las tendencias neodesarrollistas. La experiencia que se fue gestando en los 90 de nuevas formas de articulación y lucha social y política permiten vislumbrar la principal contra-tendencia a la hegemonía del capital estabilizado. Las condiciones objetivas (estructurales) y, sobre todo, subjetivas (composición política de la clase obrera) nos permiten pensar en una tendencia a la creciente capacidad de organización autónoma de la clase, con eje en los trabajadores ocupados en los sectores formales. La recuperación del protagonismo de las comisiones de base en un sinnúmero de sectores, el fortalecimiento de alternativas de oposición en algunos gremios claves y su creciente articulación son señales de ese proceso incipiente.
En estos momentos lo importante es evitar confundir al capitalismo estabilizado, en expansión como en la etapa actual, con algo distinto del capitalismo. No hay capitalismo bueno. El capitalismo es rapaz por naturaleza. En esa rapacidad, en la posibilidad de la apropiación cada vez mayor del trabajo humano, sostiene su reproducción. El capital funciona sobre la base de la posibilidad de poner a todo el mundo a trabajar para su reproducción (Cleaver, 1992b). El capital controla la sociedad por medio de su control sobre el uso de nuestra capacidad de trabajo.
El neo-desarrollismo es la nueva forma de gestión capitalista de la sociedad en Argentina. Si el capital utiliza la crisis como medio para su propio desarrollo, hoy el desarrollismo es la nueva forma de manejo de la crisis. La alternativa no es neoliberalismo o neo-desarrollismo, pues ambas son formas capitalistas de gestión de la sociedad. El neoliberalismo fue el presupuesto del neo-desarrollismo, su fundamento. El neo-desarrollismo nació del seno neoliberal. La alternativa no puede ser otra que el combate contra las tendencias capitalistas: la expansión sin límites del trabajo, la precarización sin fin de la actividad laboral, la destrucción del medio ambiente, la dominación de lo muerto (el capital, el dinero) sobre lo vivo (la vida, la creatividad y la alegría).
La batalla es y será siempre enfrentar esa tendencia. La exigencia de mayores salarios permite reducir la compulsión a trabajar, de la misma manera que facilita la organización y la lucha. La reducción del tiempo de trabajo es la contra-cara de la lucha por mayores salarios. Trabajar menos, para vivir más y mejor, esa debe ser la consigna.
Exigir trabajar menos y ganar más; eso es luchar en y contra el capital. Luchamos contra el capital es decir, contra el poder de lo muerto sobre lo vivo. Luchamos en el capital pues hoy la sociedad es la sociedad del capital pero somos nosotros (los seres humanos) quienes le damos el poder que tiene y podemos quitárselo. El capital aparece como una suma de cosas pero no es más que el producto de las relaciones sociales, de la forma en que nos relacionamos y producimos. Es un producto de los hombres y es nuestro trabajo destruirlo.
Más ingresos, menos trabajo y más autonomía para todos. Eso es lo que el capital no puede darnos y por eso debemos exigirlo. Es materialmente posible, sí, pero no dentro de las relaciones capitalistas de producción. Siendo realistas, debemos pedir lo imposible. El capital mostrará así su verdadero rostro, como límite de las posibilidades de desarrollo de la autonomía y la libertad humana. Trabajar menos y ganar más, nos permitirá vivir más y mejor, en el camino de ser más libres, felices y creativos.

8. Bibliografía
Aspiazu, Daniel, Basualdo, Eduardo y Khavisse, Miguel (2004), El nuevo poder económico en la argentina de los años 80, Siglo XXI de Argentina, Argentina.
Basualdo, Eduardo (2001), Modelo de acumulación y sistema político en la Argentina. Notas sobre el transformismo argentino durante la valorización financiera, FLACSO/Universidad Nacional de Quilmes/IDEP.
Basualdo, Eduardo (2006). Estudios de historia económica argentina. Desde mediados del siglo XX a la actualidad. FLACSO / Siglo veintiuno editores, Buenos Aires.
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Féliz, Mariano (2005), “La reforma económica como instrumento de disciplinamiento social. La economía política de las políticas contra la pobreza y la desigualdad en Argentina durante los años noventa”, en Trabajo y producción de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe: estructuras, discursos y actores, Sonia Alvarez Leguizamón (Editora), CLACSO/CROP/CEDLA, Agosto, Buenos Aires, pp. 275-322.
Féliz, Mariano (2006), “Una copa que nunca derrama”, Prensa de Frente, Boletín Quincenal, 43, 3 de Julio (www.prensadefrente.org).
James, Daniel (1990), Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976, Editorial Sudamericana, Buenos Aires.
Marx, Carlos (1994[1867]), El Capital, tomo I, vol. 2, siglo veintiuno editores, 19ª edición, México.
Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón (2003), Darío y Maxi, dignidad piquetera, Ediciones 26 de Junio. Disponible también en (www3.autistici.org/mtdenelfrente/masacredeavellaneda/int_mda/libro/indice_y_cuerpo.htm).
Postone, Moishe (1993), Time, labour and social domination: reinterpretation of Marx's critical theory, Cambridge University Press, Cambridge.
Svampa, Maristela y Pereyra, Sebastián (2003), Entre la ruta y el barrio. La experiencia de las organizaciones piqueteros, Editorial Biblos, Buenos Aires.

Notas
[*] Una versión de este texto fue publicada en ¿Coyuntura favorable o nuevo modelo?: Economía argentina, Anuario EDI, Economistas de Izquierda, 3, Ediciones Luxemburg, pp. 68-81, Buenos Aires, 191 pags., ISBN: 1669-3817, Abril. [texto en formato pdf].
[1] El capital es trabajo bajo una forma alienada, objetivada, dominada. Por ello, el capital requiere del trabajo que éste se mantengan dentro de él, dentro de las condiciones básicas de su dominación-valorización.
[2] El concepto de composición (política) de clase enfatiza la capacidad de organización e influencia de las fracciones de clase más allá de su peso cuantitativo. En consecuencia, los trabajadores desocupados han conseguido un peso políticamente relevante (reconocida por otras fracciones y clases) más allá de que su dimensión cuantitativa se reduzca a medida que el proceso de acumulación se prolonga en el tiempo. Por supuesto, la dimensión ‘objetiva’ del colectivo de desocupados y la dinámica del resto de las fracciones de clase alterará la capacidad organizativa de los desocupados.
[3] Elaboración propia sobre la base de datos del CEPED.
[4] El espacio común involucra desde el aire, el agua y el subsuelo, hasta el espacio radioeléctrico, la educación y la salud. Es decir, todo aquello que puede ser compartido y consumido conjuntamente. Aun la libertad y la autonomía podrían pensarse como espacios comunes pues se construyen colectivamente y su privatización invalida su concepto (¿Qué es mi libertad si mi actividad vital se estructura en torno al trabajo forzado? Es decir, ¿puedo ser libre si vivo para trabajar? ¿Cómo puedo ser autónomo si mi poder de hacer mis propias reglas se reduce al ámbito privado de mi hogar?).
[5] En una nota aparte, esto significa que la transformación radical de las relaciones sociales supone no sólo la reformulación de las relaciones en la esfera de la distribución (relaciones de propiedad, distribución del ingreso, mediación mercantilizada) sino que implica también la reformulación de la forma de producir. La forma actual de producción industrial es capitalista y por tanto cualquier proyecto de transformación social radical debe plantearse su transformación. Ver Postone (1993).
[6] El capital es una relación social que se expresa de diversas maneras. Se expresa bajo la forma-estado, bajo la forma-dinero, etc., pero también bajo la forma de instituciones como los sindicatos. La integración de las organizaciones sindicales a la estructura estatal las constituye en capital bajo la forma-sindicato. Por supuesto, tal como el capital es una relación contradictoria e instable por la presencia antagonista del trabajo en su interior, la forma-sindicato es también contradictoria y puede ser desbordada por el trabajo cuando logra articular formas de organización autónomas.
[7] Sobre el asesinato de Santillán y Kosteki se puede ver la excelente investigación colectiva del MTD Aníbal Verón (2003).
[8] Por supuesto, estas organizaciones no aglutinan solamente trabajadores desocupados y no solamente impulsan sus reivindicaciones. La mayoría de las organizaciones de desocupados han devenido organizaciones territoriales de largo alcance con múltiples articulaciones y actividades, como por ejemplo el caso del Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón que hoy integra el Frente Popular Darío Santillán.

Tuesday, October 16, 2007

16 de Octubre: Día Mundial por la Soberanía Alimentaria

16 de Octubre: Día Mundial por la Soberanía Alimentaria
Nos movilizamos en 50 países

El próximo jueves 16 de octubre numerosas organizaciones de trabajadores sin tierra, campesinos, estudiantes, sindicatos, agrupaciones de trabajadoras y trabajadores, organizaciones ambientales y movimientos territoriales nos movilizaremos en más de 50 países. Marcharemos por la soberanía alimentaria, la socialización de la riqueza, y la unidad de los pueblos frente al imperialismo.

Más información en www.soberaniadealimentos.blogspot.com

En Buenos Aires convocan:
- Espacio Promotor del ALBA de los Movimientos Sociales
- Otro Camino para superar la Crisis
- Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) Regional Buenos Aires

Adhesiones: marchadel16@gmail.com

Teléfonos de contacto:
- Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI): (011) 156871-6122
- Frente Popular Darío Santillán (FPDS): Federico, (011) 155489-1374
- Frente de Organizaciones en Lucha(FOL): Leandro, (011) 156975-4262
- ATE SENASA: Carina, (011) 153198-5385
- Conciencia Solidaria (en la Unión de Asambleas Ciudadanas, regional Bs. As.): (011) 156728-1457

Desde el Frente Popular Darío Santillán reproducimos a continuación el comunicado de la movilización en la que participaremos activamente en Buenos Aires en el marco de nuestra presencia en el Espacio Promotor del ALBA de los Movimientos Sociales, el espacio Otro Camino para superar la Crisis y la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) Regional Buenos Aires. Sumamos una actividad en Rosario en donde a las 11 Hrs. diversas organizaciones realizarán un escrache al supermercado Libertad, en Bv. Oroño y Battle y Ordóñez para reclamar la eliminación del IVA de los alimentos de la canasta básica y de los medicamentos. Para cualquier contacto, en Rosario, comunicarse con Mariano, (0341) 153-271294 y en Buenos Aires con Federico 155489-1374. Para enviar una adhesión a la movilización marchadel16@gmail.com

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16 de Octubre: Día Mundial por la Soberanía Alimentaria
Nos movilizamos en 50 países

El próximo jueves 16 a partir de las 12 Horas en el Obelisco numerosas organizaciones de trabajadores sin tierra, campesinos, estudiantes, sindicatos, organizaciones ambientales y movimientos territoriales nos movilizaremos en más de 50 países. Marcharemos por la soberanía alimentaria, la socialización de la riqueza, y la unidad de los pueblos frente al imperialismo.

A las 12 hs. Haremos un dolarazo simbolizando la grave situación mundial a la que nos lleva el capitalismo. Luego realizaremos un escrache al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria(SENASA) para denunciar el financiamiento y privilegios a los grandes exportadores en desmedro de la Soberanía alimentaria del pueblo, sosteniendo al modelo sojero y la matriz económica que sigue generando pobreza. También haremos un escrache a la Secretaria de Minería, principal garante de las empresas que saquean nuestro bienes comunes; un escrache a la Casa de la Provincia de Santiago del Estero que criminaliza y reprime a los movimientos campesinos que luchan por sus derechos; a la Sociedad Rural, símbolo del monocultivo y el modelo concentrador de la tierra así como a la secretaria de Derechos Humanos para reclamar la libertad de los 6 campesinos paraguayos. Finalmente iremos a la Embajada de Bolivia en donde expresaremos nuestra solidaridad con el pueblo boliviano, para terminar en Plaza de Mayo.

Mientras en los principales centros económicos se desencadenó una crisis financiera sin precedentes, en los países de América Latina se pone en evidencia nuevamente el rol agroexportador que le toca a la región. Históricamente somos productores de materias primas para las grandes potencias, situación que hoy se mantiene y es sostenida por la mayoría de los gobiernos.

En la actualidad, arrastrado por los precios internacionales, nuestro país ha vuelto a regenerar el viejo sueño oligárquico de ser el "granero del mundo", incorporando el nuevo modelo minero-exportador.Hoy los alimentos, principalmente la soja, son utilizados como forraje asiático y europeo o en las usinas de agrocombustibles. De esta manera, se da la paradoja de que un país con una gran riqueza productiva en el plano agrario, y que cuenta con la capacidad para producir alimentos para once veces su población, esté más preocupado hoy por la suba o baja del precio de la soja en lugar de resolver los problemáticas alimentarias de millones de sus habitantes. Creemos firmemente que si hubiera soberanía alimentaria y socialización de las riquezas, ningún ser humano pasaría hambre y ningún país atravesaría una situación de destrucción de su naturaleza.

Sabemos que existen otras formas de producción social, como las desarrolladas por los movimientos campesinos e indígenas, las fábricas recuperadas, y cooperativas, que se oponen al capitalismo, y rechazan el actual modelo de saqueo basado en la contaminación y extracción de las riquezas naturales, en la extranjerización de la tierra y en una mayor precarización de la vida.

En Argentina, al igual que en el resto del continente, el modelo especulativo lleva a un aumento sostenido de los precios de los alimentos de consumo popular, lo que al fin y al cabo implica una mayor carestía de la vida de las grandes mayorías, así como la desaparición de otras formas de producción de la tierra. Señalamos además que este gobierno sigue utilizando el viejo método de la criminalización de la protesta reprimiendo y encarcelando a los luchadores populares que se levantan contra todo tipo de injusticias.

Hoy, más que nunca, es central la tarea de unificar las luchas de los pueblos de Nuestra América, expresando nuestro apoyo y solidaridad a los pueblos que luchan contra el avance de la derecha, denunciando al imperialismo que incentiva la división de los pueblos.

  • - Por la soberanía alimentaria y la socialización de la riqueza
  • - Por la unidad de los pueblos latinoamericanos para frenar al imperialismo
  • - Contra el saqueo, la contaminación y la destrucción de los bienes comunes
  • - Basta de hambre e inflación
  • - Contra la criminalización de la protesta social, libertad a los presos políticos

12:00 - Concentración en el Obelisco

14:00 – Escrache frente al SENASA (Paseo Colón al 300)

14:00 - Escrache a la Sociedad Rural. (Florida al 400)

14:40 - Escrache a la casa de la provincia de Santiago del Estero. (Florida al 200)

15.00 - Escrache frente a la Secretaria de Mineria (Av Julio Roca al 600)

15:15 -Secretaria de Derechos Humanos (25 de Mayo al 500)

16:00 - Concentración frente a la embajada de Bolivia (Av. Corrientes al 500)

17:00 - Plaza de Mayo

Telefonos de contacto:
Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) 156871-6122
Frente Popular Darío Santillán (FPDS) Federico 155489-1374
Frente de Organizaciones en Lucha(FOL) Leandro 156975-4262
ATE SENASA Carina 153198-5385
Conciencia Solidaria (en la Unión de Asambleas Ciudadanas, regional Bs As) 156728-1457
Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho
Federico155610-9563

Convocan:
Espacio Promotor del ALBA de los Movimientos Sociales
Otro Camino para superar la Crisis
Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) Regional Buenos Aires

Organizaciones:
Movimiento Nacional Campesino Indígena
Frente Popular Darío Santillán
Frente de Organizaciones en Lucha
MTD Aníbal Verón Nueva Fuerza
Frente de Organizaciones por el Poder Popular
Encuentro Latinoamericano de Trabajadores
ATE SENASA
Pañuelos en Rebeldía
Conciencia Solidaria
Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho
Siguen las firmas...

Adhesiones:
marchadel16@gmail.com

FRENTE POPULAR DARÍO SANTILLÁN
http://www.frentedariosantillan.org

Integramos el Frente Popular Darío Santillán
Gran Buenos Aires: Barrio IAPI Quilmes, MUP Fcio. Varela y La Matanza, MTD Lanús, MTD Lomas de Zamora, MTD "Darío Santillán" de Alte. Brown, MTD "Javier Barrionuevo" de E. Echeverría, MTD La Cañada, Centro Popular Agustín Tosco, Coop. de Trab. Rurales de San Vicente, Coop. de Trab. Solidarios, FTC Ezeiza, MTD La Verdad de Guernica, MTD Ezeiza, MPS de Fcio. Varela, Agrup. de Trabajadores Herramienta, Mov. de Trabajadores Comunitarios de Luján, MIA (Movimiento Independiente de Agronomía) de Luján, Cimientos.
La Plata- Berisso: MUP de La Plata y Verónica, MTD La Plata, MTD Berisso, COPA La Plata (AULE - Humanidades y Cs. de la Educación, Cambium - Agronomía y Forestal, MUECE - Económicas, El pelo de Einstein - Exactas, Minga - Veterinaria, Fandango - Periodismo y Comunicación Social, AULE - Psicología), Org. barrial Juanito Laguna, Taller de Educación Popular Tiburones y Mojarritas, Agrupación de trabajadoras y trabajadores La fragua, Galpón Sur.

Rosario: Frente Santiago Pampillón - El Grito (Santiago Pampillón - Psicología, Santiago Pampillón - Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Santiago Pampillón - Veterinaria, El Grito – Humanidades y Artes), CTD "Aníbal Verón", Cimientos.

Capital Federal: MTD "Darío Santillán", MTD Villa 20 de Lugano, Centro Cultural Tupac Amaru, Cimientos.

Tucumán: Coordinadora de Organizaciones Barriales Autónomas (COBA).

Mar del Plata: Movimiento Universitario de Base "Darío Santillán" (Utopía Latinoamericana – Ciencias de la Salud y Trabajo Social, Santiago Pampillón – Ingeniería, Nuevos Horizontes – Psicoligía, Confluencia – Humanidades, Avanzada – Derecho), Colectivo Insurgentes.

Córdoba: Convergencia.

Tandil: Colectivo Lacandona.

Río Negro: MTD "Darío Santillán" de Cipolletti.

Formosa: MUP de Ibarreta.