Thursday, May 29, 2008

6/6 > Charla-debate > ¿Qué hacemos con los precios?

¿Se pueden controlar los precios?¿Cómo? ¿Quiénes son los formadores de precios? ¿Qué podemos hacer?

Panelistas: Mariano Féliz (Economista, FPDS), Guillermo Gigliani (Economista, EDI) y Martín Hourest (Economista, legislador porteño Movimiento por Buenos Aires)

Lugar: Viernes 6 de Junio, 19:30 hs., en Espacio de Cultura y Políticia Popular del Cid (Ángel Gallardo 752, Ciudad de Buenos Aires)

Convocan: CTA Villa Crespo, Movimiento por Buenos Aires Villa Crespo, Delegados de Junta Interna de ATE Hospital Durand, Agrupación Universitaria La Mella, Centro Cultural La Muralla de Paternal, periódico barrial Caballito Regalado, programa del CTA en FM Flores y Espacio de Cultura y Política Popular EL CID.

Thursday, May 15, 2008

Presentación del libro

"Interpretaciones heterodoxas de las crisis económicas en Argentina y sus efectos sociales"

(capítulo 4 y capítulo 5 disponibles online)

Lunes 19 de mayo
18.30 Hs. / Aula a confirmar

Facultad de Ciencias Económicas (6 entre 47 y 48)
Universidad Nacional de La Plata


Participan:

Julio César Neffa
Pablo I. Chena
Mariano Féliz

Organiza:
MUECE / Frente Popular Darío Santillán
Auspician:

CEIL-PIETTE/CONICET
Proyecto de Investigación:"Economía política de la Argentina en crisis"

Friday, May 09, 2008

¿Rigidez estructural del tipo de cambio? El caso de la Argentina a la luz de un enfoque marxista

Artículo publicado junto a Isidoro Sorokin en Interpretaciones heterodoxas de las crisis económicas en argentina y sus efectos sociales, Editorial Miño y Dávila, Buenos Aires, 368 pp.
En versión electrónica. Aquí el resumen:

Hoy en día el tipo de cambio real es una variable central en cualquier debate sobre macroeconomía abierta. En Argentina, ha sido un elemento de discusión en referencia a su importancia para la estabilización del nivel de precios, su lugar en la promoción del empleo y en función de su papel como determinante de la competitividad internacional de la economía (Frenkel y Rapetti, 2004).
Un punto crítico al respecto se centra en la cuestión sobre si el tipo de cambio real es un instrumento de política económica o se corresponde, por el contrario, a determinantes estructurales que en el marco de una economía capitalista implican restricciones importantes a las posibilidades de su manipulación. Por otra parte, se debate si aun cuando existieran determinaciones estructurales del tipo de cambio real, el mismo podría ser alterado en caso de que la política pública fuese capaz de afectar esos factores estructurales.
En este trabajo propondremos un marco conceptual alternativo a los enfoques tradicionales, en línea con los aportes recientes en el ámbito de la teoría económica marxista, para desarrollar la discusión desde un novedoso punto de vista. Esto implicará un recorrido por hipótesis que no necesariamente se ajustan al método empleado por la teoría económica convencional. Por ello, intentaremos ofrecer al lector, de manera conjunta, no sólo elementos para una crítica de las teorías ortodoxas, sino también lineamientos básicos útiles para la conformación de un marco teórico alternativo.
Partiendo de una revisión de carácter general sobre los límites de los marcos conceptuales estándar, ofrecemos un marco de análisis alternativo que en última instancia nos llevará a indagar sobre los límites, posibilidades e implicancias de la política cambiaria. Complementariamente, se ofrece con fines ilustrativos una primera estimación de la asociación entre los determinantes estructurales y el tipo de cambio real observado para la Argentina durante el período 1980-2006. En las conclusiones del trabajo se presentan algunas implicancias para el actual régimen cambiario.


Ciclos y devaluaciones en argentina. Un enfoque heterodoxo

Articulo publicado junto a Pablo Chena en Interpretaciones heterodoxas de las crisis económicas en argentina y sus efectos sociales, Editorial Miño y Dávila, Buenos Aires, 368 pp.
En formato electrónico. Aquí el resumen:

La política de devaluación de la moneda nacional es la respuesta común a los desequilibrios sostenidos en la cuenta corriente del balance de pagos que los países periféricos semi-industrializados como Argentina sufren periódicamente.
El marco conceptual de tales recomendaciones es en general alguna versión del denominado modelo neoclásico con bienes transables - no transables (TNT; Sachs y Larraín, 1994). Este marco conceptual asume básicamente que los desequilibrios externos son producto de un cierto exceso de gasto doméstico (absorción) en relación al volumen de producción local y que, por lo tanto, su resolución supone una reducción de la demanda interna. Simultáneamente, sostiene la necesidad de un cambio en los precios relativos entre bienes transables (aquellos que son pasibles de ser comercializados internacionalmente, es decir exportados e importados) y bienes no transables. Este cambio en precios relativos debería permitir satisfacer la denominada restricción externa, definida como la exigencia de que en el largo plazo los déficits de cuenta corriente deban ser compensados con superávits de igual magnitud. La modificación en los precios relativos (en rigor, el alza del precio de los bienes transables en relación a los no transables) debería permitir que la economía alcance un saldo positivo en la cuenta corriente del balance de pagos a partir de la producción excedente de bienes transables (o, si se quiere, de la demanda interna reducida de tales bienes).
Este modelo, comúnmente utilizado como marco analítico de los desequilibrios externos de las economías del mundo ignora, a nuestro entender, elementos esenciales de la lógica y estructura de las economías capitalistas en general y de la economía argentina en particular. Al no tomar en cuenta los elementos estructurales de las economías, el modelo TNT se encuentra pobremente calificado para dar cuenta del fenómeno que busca explicar proveyendo además de proposiciones que creemos erróneas para resolver los equilibrios fundamentales en economías como la Argentina.
En primer lugar, el modelo TNT supone que en ‘condiciones normales’ (esto es, sin ‘distorsiones’) la economía se ubicará sobre la denominada Frontera de Posibilidades de Producción (FPP) en una situación de pleno empleo de los recursos, en particular de la fuerza de trabajo. Es decir que asume como punto de partida la inexistencia de recursos ociosos o la imposibilidad de reproducirlos.
En segundo lugar, al suponer que la economía se ubica sobre la FPP y que no existen rendimientos crecientes a escala, el modelo TNT opera como si la distribución del ingreso entre el trabajo y capital se basara en una ‘función de productividad marginal decreciente de los factores’. Esto induce a ignorar el papel central que tiene la política económica en la producción y distribución de la riqueza.
Por último, el modelo TNT ignora también algunos elementos claves de las economías periféricas (Prebisch, 1964; Marini, 1973; Féliz y Chena, 2005) tales como la estructura de productividades heterogéneas (Diamand, 1988), la dependencia tecnológica, y los efectos que estos elementos tienen sobre la dinámica del sector externo de estas economías (Marini, 1973).
El presente artículo busca discutir las implicancias y supuestos del modelo estándar para proponer un marco analítico diferente y a nuestro entender más realista de la dinámica externa de la economía argentina.


Monday, May 05, 2008

Historia de la desigualdad: de la precarización de la vida al crecimiento sin equidad.

Historia de la desigualdad: de la precarización de la vida al crecimiento sin equidad.

Por Mariano Féliz

Nota aparecida en Página/12, 5 de mayo de 2008 bajo el título "Precarización sin equidad"

Texto de la nota tal cual fue enviada (fue publicada con un título diferente y algunas modificaciones en el texto)

Historia de la desigualdad: de la precarización de la vida al crecimiento sin equidad.
Por Mariano Féliz (economista, trabajador docente-investigador de la Universidad Nacional de La Plata)

Historizar la distribución del ingreso implica dar contenido histórico y sociológico a la determinación de los salarios (su nivel y dispersión) y la productividad laboral. Es decir, dar un fundamento social a la dinámica de las variables económicas que determinan el reparto de la riqueza social.
En la Argentina, entre la segunda guerra mundial y el final del segundo gobierno peronista, la batalla por la distribución fue ganada por aquellos que vivían de su trabajo. En esta etapa, con el desarrollo de su capacidad organizativa el pueblo trabajador pudo ampliar progresivamente la apropiación de los frutos de su actividad. Entre 1943 y 1955 los salarios reales aumentaron el doble que la productividad, llevando la participación de los trabajadores en el ingreso a sus máximos históricos.
Desde el primer quinquenio de los cincuenta comenzó un proceso de avanzada de los sectores de poder que, viendo disputado su dominio, decidieron iniciar una ofensiva. El golpe del ’55 marcó el comienzo de una etapa en la cual los sectores más concentrados del capital intentaron recuperar el terreno perdido echando mano a la represión abierta del movimiento popular y a la incorporación de nuevas tecnologías. Los resultados hacia mediados de los ’70 marcaron para la gran burguesía los límites de esa estrategia. Si bien pudieron contener parcialmente el avance de los trabajadores (pues los salarios comenzaron a crecer menos que el ritmo de la productividad al tiempo que la desigualdad salarial aumentaba), estaba claro que necesitaban algo más: el descabezamiento de los sectores más movilizados del pueblo trabajador y la desarticulación de la solidaridad de clase construida durante la sustitución de importaciones.
La dictadura militar primero y luego, con otros matices e intensidad, los gobiernos electos que la sucedieron, avanzaron en el deterioro de la capacidad de trabajadores y trabajadoras de disputar su participación en la distribución del ingreso. La dictadura con su plan criminal inició una etapa de transición, de reestructuación regresiva y violenta cuyas manifestaciones más típicas fueron la presión inflacionaria, la fuga de capitales y la consolidación de los grandes grupos económicos. La Convertibilidad (1991-2001) concluyó con ese proceso poniendo en pie una nueva etapa primario-exportadora (iniciada en 2002) que se alimenta de los bajos salarios y precariedad laboral al tiempo que acentúa el saqueo de los bienes naturales. Por ello a pesar del crecimiento de la economía y la productividad, los niveles de pobreza y desigualdad distributiva son inusitadamente altos y persistentes.
Mientras que hoy el ingreso por habitante es mayor que hace treinta años, la pobreza es 10 veces más elevada (alcanzando a más de 25% de la población), la desigualdad de ingresos aumentó un 50% (hoy los ingresos del 10% más rico de la población es 28 veces mayor que el ingreso del 10% más pobre) y los salarios reales se encuentran aún 20% por debajo de los niveles de aquellos años. La participación de trabajadoras y trabajadores en el ingreso se redujo por debajo de los niveles de las últimas décadas en el presente modelo neodesarrollista.
Este es el resultado de la proliferación de formas de contratación precarias que dejan a millones de trabajadores desprotegidos y dificultan su organización para luchar por mejores condiciones de trabajo. Los sindicatos encuentran serios problemas para articular estas diferentes figuras; en general, ni siquiera lo intentan. En este marco, muchos jóvenes trabajadores y trabajadoras se ven forzados a navegar como pueden el circuito infernal que ofrecen las empresas de empleos temporarios. Crece la productividad laboral, la intensidad y la extensión de la explotación, pero el pueblo trabajador (disperso y desarticulado) aún busca los medios para disputar en las empresas y fuera de ellas, una mejor distribución de la riqueza.
Pero la desigualdad que resulta de la precarización de la vida puede transformarse en una fuente de conflicto cuando la misma se politiza. El crecimiento con desigualdad, como el actual, es crecimiento con pobreza y salarios bajos, crecimiento que no es desarrollo y conduce inevitablemente a la inestabilidad social y política.
Frente a esto, el gobierno debería actuar sobre los elementos que fundamentan la pobreza y la desigualdad (atacando la precariedad laboral, los bajos niveles de salarios y una política fiscal y tributaria regresiva). Sin embargo, el actual gobierno ha privilegiado claramente y de manera más enfática cada vez, otra modalidad de intervención: reprimir al pueblo organizado para aplacar el descontento, de manera directa cuando judicializa la protesta social, e indirectamente a través de la intervención coactiva de sus organizaciones sindicales y políticas afines.

Estructura de impuestos en Argentina. Efectos potenciales de una rebaja del IVA.

Lo que sigue es una nota sobre la estructura tributaria, sus fundamentos y las posibilidades de una rebaja del IVA

Patrón distributivo en el período post-convertibilidad

El archivo que se adjunta es una breve presentación de las características distributivas del modelo económico neodesarrollista (2002-2008)